Ven a La Tribu Ajena
Condiciones del Voluntariado
Si quieres formar parte temporalmente de este proyecto, puedes solicitar un voluntariado con nosotros. Nuestra estancia mínima es de un mes, y la máxima de 6 meses (sólo en algunos casos). Es necesario que tengas al menos 18 años cumplidos.
Para formalizar el voluntariado con nosotros es preciso que os inscribáis en wwoof.es y que tramitéis vuestra solicitud de estancia en la granja a través de la plataforma.
Las horas de trabajo de voluntariado se reparten generalmente entre lunes y viernes en horario de mañana, con un horario variable en función de la luz (y sobre todo el calor) solar. El resto de la faena en La Tribu Ajena se realiza por turnos: cocina, lavar los platos, compost, etc. Además, una tarde a la semana tenemos cita en la Jaima o espacio común para celebrar un Círculo, donde atendemos con cuidado todos los temas que es necesario tratar con más tiempo y escucha, damos la bienvenida, organizamos despedidas, proponemos celebraciones y actividades para el grupo, abordamos conflictos, etc.
También una vez a la semana en horario de tarde tenemos zafarrancho de limpieza general de la casa de voluntarios y espacios comunes, y la presencia a esta labor es obligada.
La comida es casera (cocinamos por turnos, recuerda), de temporada, y vegetariana. El pan y el yogurt aprenderás a hacerlos aquí, entre otras muchas cosas.
Si tienes alguna alergia o intolerancia, régimen alimenticio concreto, enfermedad limitante o medicación en uso que necesitemos conocer, por favor, comunícanoslo antes de venir.
Todos los baños son baños secos, composteros. Este es el baño ecológico. Nosotros te explicaremos como se usa y el manejo que conlleva. Es importante que sigáis las instrucciones cuidadosamente.
Tenemos ducha de agua caliente y de agua fría, y piscina durante el verano.
Os pedimos que los productos de higiene personal que traigáis sean ecológicos y biodegradables. Toda el agua que usamos se reutiliza para riego. No utilizamos químicos.
También tenemos mucha sombra, recuerda que estamos en un naranjal maduro, y, junto la casa de voluntarios hay dos grandes pinos, los benefactores del lugar. A su sombra crece y evoluciona esta Tribu.
Para más información, sólo si estás interesado en venir (mínimo un mes y bajo las condiciones descritas) escríbenos aquí o remite una solicitud a La Tribu Ajena a través de wwoof.es
La Tribu habla
Las horas pasan volando, pero los días están llenos de vida, enseñanzas y amor por cada pequeña acción.
Para nosotros fueron dos meses, tal vez menos, tal vez más.
Hemos aprendido a estar más atentos a nuestros desperdicios, al valor del agua y de la naturaleza
salvaje. Hemos aprendido a cuidar de los gatitos, de las ratas, de los demás y de nosotros mismos, que siempre es el más difícil para gente como nosotros.
Hemos aprendido mucho sobre la vida comunitaria que no siempre es fácil, hemos aprendido que muchas veces no necesitas nada especial para ser feliz, solo una tienda entre los naranjos o un desayuno en compañía.
Ah sí! entre todo esto también aprendimos a construir una casa. Fuimos alumnos en bioconstrucción del maestro
de obra Horazio, que enseña con mucha dedicación y pasión.
Gracias a Marian y Kanu por crear esta familia que es la Tribu ajena y por hacernos sentir como en casa, no nos faltó nada. Gracias a todos los compañeros de viaje que conocimos en esta aventura española. Gracias por la amistad. Los llevaremos por siempre en nuestro corazones.Melanie Larentis, 23 años, Italia / Daniele Manica, 28 años, Italia
Las horas pasan volando, pero los días están llenos de vida, enseñanzas y amor por cada pequeña acción.
Para nosotros fueron dos meses, tal vez menos, tal vez más.
Hemos aprendido a estar más atentos a nuestros desperdicios, al valor del agua y de la naturaleza
salvaje. Hemos aprendido a cuidar de los gatitos, de las ratas, de los demás y de nosotros mismos, que siempre es el más difícil para gente como nosotros.
Hemos aprendido mucho sobre la vida comunitaria que no siempre es fácil, hemos aprendido que muchas veces no necesitas nada especial para ser feliz, solo una tienda entre los naranjos o un desayuno en compañía.
Ah sí! entre todo esto también aprendimos a construir una casa. Fuimos alumnos en bioconstrucción del maestro
de obra Horazio, que enseña con mucha dedicación y pasión.
Gracias a Marian y Kanu por crear esta familia que es la Tribu ajena y por hacernos sentir como en casa, no nos faltó nada. Gracias a todos los compañeros de viaje que conocimos en esta aventura española. Gracias por la amistad. Los llevaremos por siempre en nuestro corazones.Franco Franzgrote, 22 años, Argentina